Es miércoles 20 de marzo. Suenan las 6:45 de la mañana en mi reloj
despertador. ¡Es hora de levantarse! Pongo la cafetera al fuego. Me voy a duchar,
debo vestirme porque hay que ir a trabajar. Mientras me ducho, escucho la
radio: Se han creado 300.000 puestos de trabajo
en Canarias. La tasa de desempleo prácticamente ha desaparecido. En el
resto del país, las largas colas del paro hace tiempo que no se ven. Los cinco
millones de personas tienen empleo. No hay niños que se vean obligados a
desayunar en el colegio ni a comer un plato de pasta.
Son las 7:15 ya estoy arreglada y mientras me tomo el café
pongo las noticias en la televisión. Me llama la atención que la principal
información en titulares es el acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Otras
que le siguen son el fin de la guerra en Siria y del enfrentamiento entre Corea
del Norte y del Sur… Cambio de canal y en una tertulia están abordando que el
Papa Francisco se lleva muy bien con la presidenta argentina Cristina Kirchner,
que se ha llegado a una solución en el tema de los desahucios y que en estos
momentos España lidera junto a Alemania la economía europea.
No tengo tiempo de mucho más, hago un poco de zapping y en
un tercer canal me encuentro con el repaso de los periódicos del día. En uno de
ellos es noticia de portada el regreso masivo de jóvenes y no tan jóvenes que
vivían en el extranjero y regresan a casa, porque han conseguido un buen
contrato en las Islas o en el resto de España.
En otro diario, aparece la foto del científico que ha conseguido una
vacuna con la que curar más de veinte tipos de cáncer.
Son las 9:00 horas. Ahora sí que es el despertador el que
suena. Llevo por lo menos una hora soñando con cosas positivas que ojalá fueran
ciertas. Hoy es el Día Internacional de la Felicidad y nadie ni nada nos va a
amargar esta jornada. Así que ¡ánimo para todos y para delante!
“¿Qué es la vida? Un
frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien
es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
Pedro Calderón de la
Barca (1600-1681) Dramaturgo y poeta español.
2 comentarios:
Pues si, creo que, si la positividad se hiciese presente en las mentes de las personas que nos gobiernan, las cosas podrían cambiar de manera radical para bien.
El problema Silvia es que para que el pensamiento positivo llegue a todas las mentes de los que nos gobiernan...podemos esperar sentadas. Muchos cambiarán su mentalidad pero otros no...por desgracia. Pero ante todo no hay que perder el ánimo!!
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