lunes, 13 de mayo de 2013

La Graciosa, ¿octava isla?




Había una vez una "islita" al Norte de Lanzarote, situada en el Archipiélago chinijo, en la que sólo vivían unas pocas familias de pescadores, en su mayoría vecinos del municipio conejero de Teguise. Aquella isla tenía unas enormes playas y estaba rodeada de aguas cristalinas. Era un pequeño paraíso en el Atlántico medio. Casi no había intervenido la mano del hombre.

Poco a poco, en los años 60 y sobretodo 70, el turismo comenzó a llegar masivamente a Lanzarote y por tanto, La Graciosa, esa isla o islote de 29 kilómetro cuadrados con sus preciosas playas de arena blanca, despertó la curiosidad de turistas tanto extranjeros como nacionales, quienes llegaban hasta allí en pequeños barcos o falúas. Al principio, sólo hubo una familia que se dedicó a este tipo de transporte ahora son varias empresas las que desplazan varias veces al día a turistas e isleños desde el puerto de Órzola hasta La Graciosa.

Aún a principios de los 80, La Graciosa era una isla prácticamente desierta. Contaba con las dos localidades de Caleta de Sebo y Pedro Barba. Era un sitio al que muchos visitantes y lanzaroteños acudían más para pasar el día, darse un baño y comer el mejor pescado fresco en alguno de sus bares restaurantes. Sólo los que tenían familia en La Graciosa o conocidos se quedaban a veranear o estar unos días.



Ya finalizando la década de los 80 y en los 90, se inició el “boom”, se crearon numerosos apartamentos en la Isla de Lanzarote y en La Graciosa y los que querían desplazarse por el islote ya no necesitaban bicicletas porque llegaron los todoterrenos. Creció la población residente como la no residente y empezó a perder glamour La Graciosa, a la que en la actualidad llegan decenas de visitantes, sobre todo en época de verano.

El próximo 27 de mayo un grupo de ciudadanos quiere presentar parte de las 8.000 firmas que se han recogido para que La Graciosa sea considerada la octava isla del Archipiélago canario con el objetivo de que cuente con su propia pedanía y con mejores servicios. No estoy en contra de que sea la octava isla de Canarias, pero sí creo que están “jugando con fuego”.

La Graciosa si se ha mantenido casi virgen ha sido gracias a que se ha “intervenido” en ella lo menos posible. Convertirla en isla y darle ciertos privilegios le va a perjudicar más que a beneficiar, porque se empezarán a construir más casas para albergar edificios oficiales…

No quiero que este lugar paradisiaco del Archipiélago chinijo empiece a desaparecer como ha sucedido con el Sur de Lanzarote, desde la Punta de Pechiguera hasta Papagayo, donde ahora no hay sino hoteles y las preciosas calas de aguas transparentes están masificadas de gente. No se diferencian en nada de otras zonas turísticas de la Isla como Puerto del Carmen o Costa Teguise. Hace 20 años eso no sucedía, los que iban a esas playas eran campistas o amantes de la naturaleza.

Playa de Las Conchas en La Graciosa
Fuente: ociolanzarote.com


Espero que la posible denominación de La Graciosa como la octava isla no acabe con uno de los pocos “paraísos” que quedan en Canarias. ¡Cada vez son menos!



Buenas tardes

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