¡Qué mal va todo! ¡No encuentro trabajo! ¡Seis millones de
parados ya!¡Todavía no salimos de la crisis!¡Estoy harto de los políticos! ¿Les
suenan de algo estos comentarios? Son el pan nuestro de cada día. Vayas donde
vayas. Enciendas la televisión. Escuches la radio. Leas la prensa. Te tomes
algo con tus amigos. Siempre sale la conversación de la crisis, del paro o de
lo mal que estamos. Al final, por lo menos me pasa a mí, yo termino agotada.
Reconozco que hace unos meses también caí en esa espiral de
negatividad, pesimismo…es que al final te arrastra. ¿Y saben lo que conseguí
con eso? Un dolor de cabeza diario, estar toda contracturada y encima de mal
humor. Por suerte, y porque hay personas a tu lado que te ayudan a que te des
cuenta, reflexioné y cambié el chip en menos de una semana.
Sé que en estos momentos casi todos tenemos problemas. Hay gente
que no tiene trabajo, otros ni que comer, otros no pueden ver a los políticos o
su jefe le “explota” en la empresa…pero señoras y señores la persona que le
está escuchando o a la que está atendiendo no tiene culpa.
Jamás he leído un libro de autoayuda siempre procuro ser
positiva, pero el otro día me llamó la atención ‘El arte de no amargarse la
vida’ de Rafael Santandreu. No es de autoayuda al uso sino que el autor pone
ejemplos y anécdotas de cómo a veces “hacemos un mundo de algo que no lo es”.
La gente debería leer ese libro para aunque sea recapacitar
que no vale la pena estar sufriendo, amargado/a por la situación actual. Hoy no
cuentas con un trabajo, pero… ¿quién te dice que dentro de un mes o dos no lo
vas a tener? ¿Las últimas informaciones? A eso no hay que hacerle mucho caso
porque la vida da muchas vueltas.
Una de las cosas que más me ha gustado del libro es que ha
confirmado mi teoría (aunque a veces soy la primera que no la aplica –esos días
de bajón como indiqué antes). Es verdad que estamos en una profunda crisis
económica, pero… ¿qué sacas dándole vueltas al tema?¿Algún beneficio? Al
contrario, te haces daño y a la larga tu cuerpo te puede pasar factura.
No vale la pena sufrir por el futuro. Hay que vivir el
presente. Tarde o temprano todo pasará y mientras tanto no se puede estar de
brazos cruzados y lamentándose, sino haciendo cosas y con la mente activa. No
soy psicóloga (pero por suerte o por desgracia, ¡Jaja! tengo muchos amigos que
sí lo son y todo se pega).
Eso sí, acuérdense hoy de lo que les digo, cuando tengan
alguna conversación o vean la tele. Casi
lo que verán o escucharán es negativo. ¡Cambien ese chip! ¡Hagan ese esfuerzo! Ustedes mismos y los que están a su lado les
agradecerán un trato amable, una sonrisa y una conversación en la que no se hable
ni de economía ni de crisis.
¡Buenas tardes y feliz lunes!
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